jueves, 14 de mayo de 2015

Historia de como llegue a interesarme en el Masaje Medicinal.

Desde hace unos años atrás, a través de la danza me interesó el estudio del cuerpo humano. En realidad desde que estuve hospitalizada en una época de mi niñez por el Asma que me aquejaba, la medicina en general empezó a gustarme mucho, siempre pensé que iba a llegar a ser médico pero por desdicha mía no tenía el gran dominio en las matemáticas, física y demás disciplinas de cálculo las cuales me impidieron entrar a la universidad a seguir esta carrera, en realidad dominaba la química, la anatomía, la biología pero para las autoridades de la Universidad, yo no estaba apta. Así que bueno la vida tenía otros planes para mi...aunque estudié una carrera que estaba mas relacionada a las normas de la sociedad no dejaba de lado, este sendero de seguir estudiando al cuerpo humano.

Llegué a la danza contemporánea y a través de ella comencé aprender a escuchar a mi cuerpo, a reconocer las emociones y como a partir de ellas podía crear movimientos rítmicos secuenciales. Solo aprender a reconocer como se encontraba mi cuerpo cada día. Mi aprendizaje por medio de la observación iba crecieno cada día y hasta ahora puedo decir que el cuerpo no es solo el vehículo que se encarga de llevar nuestra alma, nuestra mente, nuestras emociones, sino que es el medio que nos ayuda a conectarnos con los demás seres vivientes y no vivientes, a través de nuestros sentidos que no solo son cinco sino son siete.

Definitivamente cuando nos crearon fue bien pensado, bien calculado. El que nos creo es el mejor ingeniero. No creo mucho en la teoría de la evolución, no creo que venimos de los simios, venimos de nosotros mismos, venimos de él, somos su imagen y su semejanza...

Estamos hechos de una buena manera pero en este ciclo de la vida, la gente ha perdido la conexión con su interior, a perdido la conexión con la naturaleza. Nacemos bellos, pero algo pasa en el camino que eso se corta y no nos alimentamos debidamente que hace que nos olvidemos de nosotros mismos y comencemos a mirar al otro, o mirar objetos buscando que ellos nos den paz, felicidad, dicha. Nos olvidamos de nosotros mismos, del presente, de vivir a plenitud, nos olvidamos de jugar, de sonreír, de crear.

Me parece increíble cuando pregunto a una persona si sabe jugar ya siendo adulto y te dice que no...eso me da terror porque entonces me preguntó: Cómo sigue viviendo esta persona sin el juego, este te ayuda a mantener el cuerpo y mente flexible, a mantener tu niño interior y es el que ayuda a no desmayarte frente a la adversidad.

La sociedad de ahora, no ayuda para nada a mantener eso. Cuando uno se vuelve adulto te llenan la cabeza con demasiadas cosas innecesarias. Todo es negocio, hasta el hecho de meditar te lo venden con diferentes nombres, te venden paquetes que te dicen como ser feliz, y no puedo creer que la gente compra todo eso, para sentirse bien....cuando es tan fácil estar bien, claro es decisión de cada uno querer ser feliz o infeliz, en realidad depende de las bases espirituales que tenemos.

Fueron dos causas que me hicieron interesarme en el masaje terapéutico: Primero fue por mi última hija, la cual tiene un problema neurológico trayendo como consecuencia una hipotonía moderada, ataxia que hace que sus movimientos sean no coordinados, afectando a a su eje axial principalmente y lo segundo es que ya no quería seguir en el sistema donde trabajas en una empresa que te pagaba bien; pero me tenía siempre estresada, al limite de hacer las cosas perfectas, tener que revisar email a cualquier hora del día, sin respetar  mi sueño, mi espacio privado, mi vida familiar, mi descanso. Era terrible. 

Así que comencé a pensar como podría lograr independizarme de manera laboral, dedicarme a mi familia. Tenía que buscar algo que me gustara y a la vez me ayudara a la condición de mi hija, y a través del estudio del Ayurveda, de diferentes tipos de masajes he aprendido a manejar y crear una propia técnica ( en realidad soy una eterna estudiante en este campo de la medicina natural, una autodidacta) . Encontré que es una manera de comunicación, enseño a mis hijos a reconocer su cuerpo, ayudo a mejorar su cuadro de hipotonía en mi hija, diariamente a través de la observación aprendo como lograr el bienestar en las personas (como el automasaje que cada uno de nosotros deberíamos aprender hacernos diariamente después del baño)

Un masaje no solo nos relaja, sino si estamos en manos de un buen terapista, él o ella nos pueda guiar a cuidarnos mejor la salud física, emocional y mental. Con un buen masaje podemos soltar nudos físicos (contracturas) o desbloquear los canales energéticos que alimentan cada una de nuestras células, las cuales al estar bien oxigenadas tienes como resultado tener un buen estado de animo, más energía, mejor circulación sanguínea y linfática; por tanto una buena salud.

Un masaje es como una caricia, lo escuche en una escuela donde estudié masajes, es el contacto que nos ayuda el masajista  a darnos a nosotros mismos. Desde que nacemos necesitamos contacto porque sin el morimos.

En muchos países del mundo, en especial en la India, Japón, China, Tailandia, etc, países Sud-Asiáticos, es una costumbre el masaje, es parte de la cultura y es transmitido de generación en generación. Estoy investigando si en nuestra cultural pre inca e inca hubo la utilización de esta técnica, me imagino que si lo hubo ya que los chamanes hacen uso de hierbas y rituales para ayudar a sanar y equilibrar a la gente.