miércoles, 5 de octubre de 2016

Masaje Shantala.

Frédérick Leboyer fue obstetra francés. Durante su viaje a la India en Calcuta descubrió el arte de dar masajes a los bebes, donde pudo contemplar toda la secuencia precisa de los movimientos que hacia una mujer india a su bebe, el nombre de esta mujer era Shantala. Por ese motivo este señor publicó un libro donde se expone toda la secuencia del masaje.

Yo aprendí a dar masaje Shantala para aplicarlo a mi hija que tiene un PCI, y durante estos 3 años de su vida, los masajes la ayudan en su desarrollo físico, emocional y mental. Cada día con la práctica también logre integrar otros movimientos que ayudan a mejorar su postura y relajar las zona rígidas, fortalecer los músculos, los huesos, tendones. La ayuda a fortalecer su sistema inmune y que durante los procesos de enfermedades respiratorias pueda lograr expectorar las flemas o descongestionar la nariz.

Mejoró su digestión, no se estriñe ni sufre de cólicos de gases, todo esto gracias a este arte de dar masaje cada noche antes de acostarse.

Es una gran herramienta necesaria que los padres tendrían que aprender a realizar.

El masaje en el bebe desde del mes de nacido los ayuda a crecer sanos, seguros con el entorno, los ayuda a descubrir su cuerpo, a desarrollar el sentido del tacto, a recibir estimulación adecuada para que el cerebro se desarrolle poco a poco.

Este acto de amor crea una cercanía entre el que da el masaje y el que recibe, hay un momento de conexión y es forma de ver como está creciendo nuestro hijo. Es una manera también de observar si algo no va bien, ya que a través de la mirada fija hacia el niño uno puede descubrir si se está desarrollando bien o no. Y si hay un signo de alerta, inmediatamente comunicarlo al pediatra. 

Muchas veces en una visita de media hora al pediatra una vez al mes, es imposible que él medico se de cuenta si va todo bien con el desarrollo de un bebe o niño. Toda esta información y responsabilidad recae en los padres, ese es su trabajo acompañar y observa que todo vaya bien.

Eso es lo que te da el masaje aprender a tener el tiempo, la paciencia, a desarrollar la intuición de descubrir que necesita tu hijo ahora. Es un ejercicio intuitivo, es una práctica muy hermosa. Es otra forma de comunicarnos con nuestros hijos. 

Un niño que recibe masaje será  más sano, contento, seguro de si mismo y feliz.

COPIO UNA PARTE DEL LIBRO...Me gustó mucho esta parte, dedicado para aquellos padres que se quejan que no tienen tiempo para dar el masaje o les cuesta comprender un poquito lo importante que es darlo:

"Pero, me dirás, ¡Esto lleva su tiempo!
Si.
Como siempre, el maldito tiempo es el problema
O, más bien, el misterio.
Pues, curiosamente, al final el tiempo siempre alcanza
¡El tiempo!
Para profundizar en cualquier arte, se necesita tiempo.
Porque en todo arte hay una técnica. Que hay que aprender y dominar.
Técnica y aprendizaje son cuestiones de largo plazo.
Técnica, aprendizaje: Un día los dejamos atrás, los olvidamos
y llegamos a ... algo,
que solo le pertenece al arte.
¡Que siempre ha estado ahí!
Se necesita tiempo para criar a un niño.
Pero, ¿ qué habrías hecho con ese tiempo, en cualquier caso?
Y, ¿a quién se lo has consagrado?
¿Al niño?
¿Acaso no eres Tú la primera a quien este masaje ha transformado?
¿Quién era la protestaba:
"Ay, mi espalda"; " Ay, mis riñones"
Pues tuviste que aprender a nuevo a sentarte en el suelo
Y permanecer sentada por mucho tiempo con las piernas estiradas.
Manteniendo la espalda recta, sin rigideces. Con gracia. Equilibrio.
Manteniendo esta posición, para ti difícil, los hombros libres, 
naturalmente sueltos.
Las piernas estiradas,
Sin rigidez.
Pero sin permitir que las rodillas se doblaran,
Todas estas cosas con sencillas para un niño de un año.
Pero, para ti...
Ya lo ves, para liberar hay que ser libre uno mismo.
No podemos dar lo que no tenemos
¿Liberar que?
Esa fuerza que aun dormita en el cuerpo del bebe,
Esa fuerza que ya está lista para despertar, florecer, fluir
Que se llama vida
Y cada día se vuelve mas fuerte, mas rica en ti en la medida que le das.
No solo tu espalda protesto, 
No solo ella tuvo que reeducarse.
" Veamos primero el pecho, ah luego los brazos, ah va partiendo del hombro, donde está libro...
Y así laboriosamente, ibas del libro al niño, del niño al libro.
Así vagaban tus ojos.
Y tu espíritu también.
Hasta que un día los gestos se encadenaron por si solos.
Sin darte cuenta siquiera, tus manos, de forma natural, encontraron, 
reencontraron su camino.
Entre gesto y gesto, un vínculo encontraron. Evidente. Necesario.
El libro olvidado y tu cabeza también.
Ahi está el verdadero saber.
Una fuerza que viene desde dentro mucho más de ti misma.
Tus manos se han transformado 
hábiles, inteligente.
Atentas y sensibles.
Animadas por un ritmos discreto como inevitable
El masaje se convierte en una danza.
Si, lejos de ser simplemente uno de los cuidados que se le da al bebe,
este masaje es un arte.
Por lo tanto necesitas de un maestro,
hay cosas que no se aprenden del libro,
Y este arte es una de ellas.
Y felizmente no tienes que irte a India, a Calcuta;
sino que el maestro está aquí.
Como siempre todo esta aquí. A mano. Si sabemos mirar.
Este maestro, una vez mas, es el bebé.
El que va enseñarte a instruirte,
con tal que seas modesta
Y lo bastante sencilla y abierta para seguirlo.
Sí, deja que él te guíe.
Llegará el día en que cada gesto simplemente, claramente, 
parecerá nacer del precedente.
Como las figuras de la danza.
Una vez alcanzda esa perfección
¿en que punto estás?
¿Quién da el masaje? ¿Quién lo recibe?
¿ Quién guía? ¿Tú? ¿El bebe?
¿Quién dirige este ballet?
Algo...dentro
Que está ahí
Que estaba ahí desde siempre
Pero que dormitaba,
Algo que está ahí
y que sabe.